Limpiar el hogar es una actividad cotidiana y necesaria. Para evitar estropear el suelo, lo mejor es seguir los consejos que te brindaremos sobre limpieza. Muchas veces se usan productos universales para cualquier tipo de suelo, cosa que es un error porque a la larga puede ocasionar muchos daños en el suelo de tu hogar. Para evitar que esto suceda, a continuación les daremos unos consejos para limpiar suelos de cerámica, madera o mármol sin estropearlos.

Cerámica y azulejos:

Sea cual sea el tipo de suelo que tengas en tu casa, nunca se pueden usar productos sin ser previamente diluidos, ya sea cloro, productos de limpieza o desmanchadores debido a que puedes dejar una marca en el lugar donde lo hayas aplicado y que por desgracia, ya no se quitará. Una de nuestras recomendaciones es utilizar Mopa de Microfibra, ya que la suciedad de adhiere con mayor facilidad, otorgando una limpieza eficaz y en poco tiempo, puedes encontrarlo en nuestras salas de venta más cercanas.

Además, también es importante no usar cepillos con cerdas muy duras, ya que de esta forma rayarás tu piso.

Madera:

El peor enemigo de la madera y es el que hay que evitar a toda costa es el agua, ya que provoca que ésta se hinche. Hay que evitar usar aceites y optar por limpiadores que tengan PH neutro, sin componentes ni ácidos alcalinos que harán que la madera se conserve mejor durante más tiempo. Y de la misma manera, lo ideal a utilizar por el tipo de superficie son trapeadores con mopa de microfibra, el cual facilita al absorción de suciedad del piso.

Mármol:

El mármol es muy usado en los pisos y tiene la ventaja de que siempre está brillante. No obstante, su cuidado debe ser especial, ya que los productos universales y convencionales pueden dañar su acabado.

Lo más recomendable es usar agua con un poco de jabón, que aunque no aporte el aroma que se quiere, esto hará que no lo dañes y al final y al cabo, siempre se puede aromatizar el hogar de distintas formas.

En el caso de que tu suelo de mármol ya haya perdido algo de brillo, puedes preparar una solución de cinco litros de agua con una taza de agua oxigenada. Aplícalo con un trapo humedecido sobre las zonas que consideres y después sécalo, poco a poco irá recuperando su brillo.